Pero, al margen de estos matices, la consideración principal de esta frase es que nuestra vida debe ser una experiencia continua de desarrollo y maduración en Cristo. Quien se estanca en el camino queda como un niño, indefenso ante las tribulaciones y pruebas de esta vida, abofeteado por todos los vientos de doctrina (Efesios 4:14). Una vez más vemos que quien no avanza en el camino retrocede. El edificio debe crecer día tras día, semana tras semana, hasta que lleguemos a ser una morada digna del
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